En la vida de un recién nacido son muchas las causas que hacen necesaria o útil la extracción de la leche materna. Extraerse leche periódicamente después del parto es necesario para estimular la producción de leche si los niños, por ejemplo, debido a un parto prematuro o enfermedad, están separados de su madre y son aún demasiado débiles como para tomar pecho. También si las mujeres retoman su actividad profesional después del parto y desean seguir alimentando a su bebé con su valiosa leche materna, el sacaleches se convertirá en el mejor aliado de la madre. Existen muchas causas por las que una madre interrumpe por fases u ocasionalmente el masaje para extraerse la leche como, por ejemplo, cuando deben someterse a exámenes médicos o terapias que hacen necesaria la interrupción de la lactancia, o simplemente para poder descansar un poco en su día a día con el bebé.
No importa si la leche materna se extrae masajeando los pechos o con sacaleches. Lo que realmente importa es estimular el reflejo de la subida de la leche para que salga por el efecto de la hormona oxitocina. La activación del reflejo de la subida de la leche se puede estimular de las siguientes formas:
Algunas mujeres se arreglan muy bien masajeándose los pechos con las manos, cuya ventaja es que se puede realizar en cualquier momento y lugar. Para ello cogen su pecho con la mano, dejando que el pulgar repose sobre el lado superior y los demás dedos sobre el lado inferior del pecho, unos 2-3 cm detrás del pezón. Deslizan la mano suavemente en sentido horizontal hacia atrás en sentido al tórax para llevar a continuación el pulgar y el dedo índice juntos hacia delante. Este proceso se repite de manera rítmica, recorriendo todo el pecho con la mano.
Para vaciar el pecho, hay sacaleches eléctricos, disponibles como juegos de sacaleches individuales o dobles, y sacaleches manuales. La leche extraída puede recogerse en un biberón de cristal o plástico enroscado al extractor para poder alimentar al bebé inmediatamente después de la extracción o congelar la leche. Si es preciso extraer leche durante mucho tiempo, es aconsejable emplear un sacaleches eléctrico doble, que también se proporciona en hospitales o tiendas de suministros médicos. Los extractores manuales son suficientes cuando la leche es extraída de vez en cuando. Además de ser relativamente económico, es ligero, silencioso y no requiere fuente de energía alguna. Una de sus ventajas es que el extractor manual permite personalizar la intensidad de succión (como es el caso, por ejemplo, del extractor manual de MAM), reproduciendo el ritmo del bebé: Movimientos cortos y rápidos al principio para estimular. Cuando la leche comienza a gotear, se puede cambiar a intervalos más lentos y prolongados.
La leche materna se puede conservar en frascos de vidrio, botellas de plástico duro libres de BPA o vasos o en bolsas para previstas específicamente a tal fin. Se desaconseja el uso de bolsas para congelar y de recipientes para cubitos de hielo.
Como la leche materna contiene ingredientes antiinfecciones, se puede conservar durante bastante tiempo: a temperatura ambiente durante unas 5 a 8 horas, en el frigorífico durante unos 3 a 5 días y en el congelador a –18 °C durante unos 6 a 12 meses. Todo ello depende del cumplimiento escrupuloso de las temperaturas de refrigeración y el mantenimiento de una higiene exhaustiva. Para descongelar se puede colocar la leche en el frigorífico o calentarla bajo agua de grifo templada o al baño maría, pero no en microondas. La leche descongelada aún sin calentar se puede conservar en el frigorífico durante 24 horas. No obstante, después del calentamiento se deben desechar los restos de leche al cabo de 1-2 horas.